Hablamos de eyaculación precoz cuando el hombre, de la edad que sea, no siente que tiene control sobre su eyaculación. No importa en cuanto tiempo eyacule, el hecho de no poder controlarlo es suficiente para considerar que existe un problema.

Es cierto que encontramos informaciones que dicen que si se eyacula en menos de minuto y medio, durante la penetración, es eyaculación precoz. Sin embargo esto es muy difícil de precisar, y depende de muchos factores, como son los juegos previos al coito, que, evidentemente, si se alargan mucho y son muy excitantes, precipitarán la eyaculación. Pero también dependerá esta medida de si hay movimientos constantes y rítmicos en el coito o no, si se hacen paradas, etc. Por tanto no es fácil hacer rápidamente un diagnóstico de eyaculación precoz, basado únicamente en el tiempo de eyaculación.

Lo que si se debe tener claro es que cualquier hombre debe poder decidir cuando quiere llegar al orgasmo y eyacular. Y debe poder hacer paradas durante la penetración, de forma que se atrase el momento del clímax. Si no se puede conseguir habitualmente esto, habrá que plantearse si estamos ante un problema de eyaculación precoz.

Las causas son muy variadas, pero la mayoría de las veces se trata de un problema originado por malos hábitos: hombres que se han masturbado siempre de forma rápida, sin intentar retrasar la eyaculación, o teniendo relaciones sexuales de forma precipitada, y cuando quieren controlar la eyaculación ya no saben. En otros casos, el simple hecho de que una vez no haya salido de la forma esperada, hace que las siguientes veces, se afronten con una ansiedad que dificulta la eyaculación o incluso la erección.

El tratamiento consistirá primero en técnicas de  relajación, para poder disminuir la ansiedad, y después en el aprendizaje del control de la eyaculación, mediante ejercicios de masturbación solo y en pareja. Una vez superados estos ejercicios se pasará al control en coito, en diferentes posturas.