Las rabietas son manifestaciones conductuales que impiden al niño un adecuado manejo de las emociones y que pueden enmascarar otro tipo de problemas. Evolutivamente aparecen a los 2 años de edad y pueden durar más o menos, dependiendo del niño y del contexto. Si las rabietas o las conductas desafiantes se mantienen pasados los 3-4 años es importante evaluar las variables que están originando y manteniendo dichas conductas. Por ello, se debe trabajar de una manera integral, con pautas para padres, profesores y técnicas de autocontrol con el niño.

El oposicionismo y la conducta antisocial se manifiestan en la preadolescencia y adolescencia y es importante establecer los límites y normas de una manera adecuada  y detectar las variables que le llevan al niño a dichas conductas desafiantes.