En ocasiones los niños muestran su malestar y desadaptación a través de su comportamiento (estar enfadado, llorar, cambios bruscos de humor, desobedecer, negativismo u otras conductas perturbadoras) o por las cosas que dicen o cómo las dicen... Pero en otras, las manifestaciones pueden ser más sutiles, tanto que no se las considera problemáticas, como estar muy tranquilos, apagados, sin ganas de jugar, no molestan, no tienen iniciativas, etc
En cualquier caso siempre que la familia y/o el colegio tengan dudas sobre la adecuación o no de ciertos comportamientos, o el manejo de ellos, sería conveniente acudir, para evaluar y/o prevenir problemas futuros.