El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por la aparición de ideas, pensamientos o imágenes recurrentes, vividas como molestas, generadoras de un elevado nivel de ansiedad.

La persona que lo padece se ve obligado a realizar intentos para controlarlos e ignorarlos, sin conseguirlo en la mayoría de las ocasiones. Suele ir acompañado de determinadas conductas (rituales o compulsiones) con el fin de aliviar la tensión que le genera los pensamientos intrusivos o evitar algún acontecimiento o situación futura.

La persona obsesiva  reconoce que es absurdo o anormal su comportamiento, pero  siente  imposible controlar sus pensamientos así como sus compulsiones, interfiriendo de manera muy significativa en su funcionamiento diario.

Suelen tardan unos  años en acudir a consulta, siendo común que se sientan avergonzados, o como personas distintas .Es importante evitar que los pacientes tarden tanto tiempo en solicitar ayuda profesional, ya que dificulta el proceso terapéutico.

Existen distintos tipos del TOC dependiendo del miedo que padezcan. Los más comunes son: miedo a la contaminación de enfermedades, a dañar a otras personas o a sí mismo, a blasfemar…

Es básico el tratamiento farmacológico en dichos pacientes para el control de las compulsiones así como  de los pensamientos. También para el control del estado de ánimo, ya que suelen tener la vida tan limitada que un alto porcentaje de pacientes sufre depresión.

La terapia psicológica consiste en dotar al paciente de recursos que le permitan enfrentarse a los pensamientos o situaciones temidas de manera gradual, aprendiendo a tolerar la ansiedad que le  provocan, sin verse obligado a emitir el ritual. Así mismo, es fundamental también cambiar las creencias y esquemas de pensamiento del paciente.