En ocasiones, el comportamiento de un niño inquieto, poco motivado o con algún problema encubierto (celos, ansiedad, separación de los padres, etc), se puede confundir con un diagnóstico de Hiperactividad.

Tanto el déficit de atención como la hiperactividad motriz y la impulsividad, tienen manifestaciones comportamentales y cognitivas observables.

La falta de atención, la hiperactividad y la impulsividad se manifiestan en muchos comportamientos entre los que destacamos los siguientes: se dispersa con facilidad; tiene dificultades para mantener la atención durante un tiempo prolongado, salvo en actividades en las que se encuentra motivado; se agita en el asiento o se levanta con frecuencia; se gira constantemente para hablar o enredar con cualquier cosa; responde sin pensar; falla en tareas simples; olvida o pierde el material; tiene dificultad para terminar las tareas si no es continuamente supervisado, etc.

Respecto a las manifestaciones cognitivas podemos observar que el niño: no analiza todas las posibilidades de respuesta antes de contestar; muestra un pensamiento desorganizado; tiene estrategias pobres e impulsivas en tareas de solución de problemas; comete más errores o trabaja más lentamente a partir de los seis minutos de prestar atención a una tarea sencilla y monótona; lee las instrucciones de forma impulsiva; tiene dificultades en retener y manejar datos en la memoria, etc.

Lo primero y lo más importante es establecer un diagnóstico claro, realizando una evaluación muy completa del niño. Una vez se haya establecido el diagnóstico, el tratamiento combina un tratamiento conductual y uno farmacológico.

En el tratamiento conductual es muy importante que se trabaje directamente con los padres y profesores otorgándoles estrategias y entrenándoles en el manejo de las situaciones, además de dotarles de información suficiente sobre el déficit de atención. La información eficaz, es una de las herramientas más importantes en la intervención en el contexto del niño.

Por otro lado con los niños se realizará un entrenamiento en habilidades sociales, relajación, refuerzos personalizados, autocontrol, técnicas de autoinstrucciones, aumentar la capacidad atencional y de concentración, solución de problemas y desarrollo y aumento de su autoestima.